En Paraguay la ganadería y la agricultura son bases de la economía, según los entend idos en la materia. La población es carnívora por excelencia, pero a pesar de que el número del ganado vacuno duplica a la cantidad de habitantes, pocos son los que, a esta altura, pueden consumir uno de los productos fundamentales de la pirámide alimentaria “la carne”.
Los precios se han disparado y el tradicional asado pasó a ser un plato inalcanzable para muchos. El 50 % de este artículo de lujo va a parar a otras naciones y no es para menos ya que en algunos países el kilo de la carne paraguaya se cotiza a un muy buen precio, como el lomito que tiene un costo de 90 dólares por kilo, según lo manifestó Mary Llorens, presidenta de la Cámara Paraguaya de la Carne a mis colegas de Radio Cardinal. Además, con la Cuota Hilton, los exportadores se liberan de los impuestos.
Irónicamente con 12 millones de cabezas de ganado, con suerte podemos acceder al sebo o a las churas. Si bien, no se menosprecia al hígado, corazón, mondongo, chinchulín y otros, todos queremos acceder, por un precio razonable, a un buen trozo de costilla, vacío o un buen plato de soyo, guiso o so´o apua.
Señores ganaderos, sabemos del cuidado extremo que le brindan a sus animales , muchos de los cuales tienen mejores condiciones de vida que gran parte de la población, pero quizás es momento de reflexionar y pensar que este pueblo quiere tener la opción de no ser vegetariano por imposición.
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